Pilar Musculoso

De tus piernas abiertas

Corre la vertiente lesbica

A tu traje de látex brillante.

De tus muñecas sangrientas

Corre el rió rojo

De tu amor obsceno

De tu pelo baja la esperma caliente

A tu mano que aprieta

El imaginario pilar musculoso.

Te envuelves en las sabanas

sucias,

y unes tu cuerpo virgen

a las pieles pálidas de cada final.

Descubriste el sadismo

de los ritos sexuales

olvidando el amor fraterno

alcanzando el orgasmo tímido

de tu sexo opuesto

de tus piernas abiertas

de tus muñecas sangrientas

de mis aberraciones imaginarias.

Mi amanecer flotante

Cuando cruce los límites
sucios de la cordura,
vi pasar el viento sobando tu calva cabeza
de mujer suicida,
vi rodar desde la cumbre sangrienta
las piernas de hombres
que corrían tras de ti.

Tome aire,
hasta llenar mis pulmones
con el gas toxico de tu maldito cariño.

Sacie mi sed,
bebiendo del turbio río de tu pasado,
de tu extinta inocencia podrida,
de nuestra relación putrefacta.

Gritare desde tus piernas,
que amo lo imperfecto,
rozando tu sexo seco,
despertando juntos
en un amanecer flotante.

Pasado de hombre

Aroma ácido punzante,
demonio de mis sentidos
succionadora de placer.

Sobo tu estomago firme
monto tu lomo de perra
con mi orgasmo de cerdo,
con el resto de vida que me queda
colgando.

Del culo agarraste mi hombría,
limpiaste el suelo con
mi humectante dignidad
que goteaba,

exprimiste mi virilidad
escupiste mi machismo.

Ahora soy un niño de pecho
ahora soy una patética larva
con pasado de hombre,
con presente de perro,
con el futuro incierto.

Intento en tus piernas

Nylon rojo excitante
el largo ángulo

de piernas de hembra
de intentos de piernas
con ellas abiertas

Que quiero rozar con mis labios
para sentir el sabor neutro
de la piel fría
robar una caricia
y abrazarme a tu rodilla
pegando mi cuerpo desnudo

de psicópata fetichista
de falso poeta
de amante siniestro

Secar el color pálido
de tu piel
nacer junto a tu cuello

de niña muñeca
de niña lejana
de niña supuesta
de siempre imperfecta.

Machos Cabrios

Los ojos se aprietan,
y las manos transpiran
mientras del cielo
se oyen los Machos cabrios
que gritan al son
de su apareamiento
casi humano.

Las rodillas sangran
las lagrimas corren,
y el olor a sexo
petrifica el ambiente bisexual.

El roce falico
produce la espuma
seca
de la no humedad
vaginal.

Los Machos cabrios muerden
sus cuellos casi humanos,
y el estomago se revuelve
ante el incesto sodomico
de la ambigüedad animal.